Hoy celebramos la fiesta de La Sagrada Familia, un día especial para reflexionar sobre el valor de la familia de Nazaret como ejemplo de vida, y también sobre las grandes dificultades que afrontan las actuales. Todas las lecturas de la liturgia asignadas para este domingo son de especial belleza ( Evangelio del día ).
Iniciando por el libro del Eclesiástico donde se promueve el cumplimiento del cuarto mandamiento: Honrar a Padre y Madre. En este capítulo, la obediencia, el respeto, la ayuda a los padres, son pilares de la vida del cristiano. El actuar de un buen hijo, le trae diversos frutos, pero en especial ser justo ante los ojos de Dios.
El salmista, por su parte, resalta las bendiciones que recibe quien teme a Dios y sigue sus caminos, entre ellos: prosperidad, dicha, buena vida, y fecundidad, esta última reflejada en la formación de una familia santa.
En la carta de Pablo a los Colosenses, el apóstol escribe las principales cualidades y valores que deben reinar en cualquier relación humana: misericordia permanente, bondad, humildad, dulzura, comprensión. El sobrellevarse mutuamente y perdonar las faltas del otro. Y sobretodo, el AMOR, como el principal medio de unión, y un camino para la paz. Por otra parte, el apóstol da a la Palabra de Dios, el lugar que le corresponde como fuente de riqueza y de sabiduría.
Pablo, resalta la importancia de ser agradecidos con Dios por todas las bendiciones que nos otorga día de día, esto nos debe mover a alzar cánticos, himnos permanentes de amor y alabanza. Cultivar la humildad nos hace considerar todos los dones y talentos como regalos de Dios, y siendo de él y no nuestros, ponerlos al servicio de los demás, realizando todas las obras en el nombre de Jesús, nuestro Señor.
El apóstol, describe de manera sucinta, las relaciones que deben brillar, en el marco de la familia: el amor del hombre por la mujer, brindándole un buen trato; el respeto de la mujer por el esposo, reconociendo su autoridad; la obediencia de los hijos a los padres; y el buen trato de los padres a los hijos. ¡Qué tan vigentes son los consejos de Pablo, para las familia de hoy día!
Por último, el evangelio nos narra la pérdida de hallazgo del niño Jesús en el templo y cómo fue creciendo en estatura, gracia y sabiduría, bajo la orientación de María y José, cumpliendo siempre los mandatos de Dios.
En un mundo donde la familia está seriamente amenazada por la aprobación de leyes que van en contra de lo que es realmente una familia: aprobación del aborto, el matrimonio homosexual, la adopción de niños por parte de familias homosexuales, el divorcio, las uniones libres, y demás hechos que van en contra de la voluntad de Dios; las familias católicas debemos seguir trabajando para que brille la luz de la verdad en medio de tanta oscuridad.
Hoy pidamos a la Sagrada Familia por todas las familias del mundo, especialmente por aquellas desplazadas por la violencia y la guerra, por los millones de migrantes en situaciones de precariedad. Oremos por las familias que no tienen suficiente alimento, aquellas que no tienen trabajo y pasan por serias dificultades económicas. Pidamos conversión para todos los padres y madres que abandonan a los hijos, aquellos que maltratan a los niños y los someten a situaciones de violencia permanente, por las madres que han abortado y cargan con el peso de la culpa.
Elevemos nuestras súplicas al cielo por todos los hijos que con su mal obrar generan tristezas permanentes a sus padres, y por aquellos que han abandonado a sus progenitores. Oremos por las familias que sufren por la enfermedad o la muerte de uno de sus integrantes, para que el Señor les brinde fortaleza en medio de los sufrimientos. Pidamos por las intenciones del Papa Francisco y por la conversión de nuestros legisladores y gobernantes. Por último, oremos por nuestra conversión para que seamos fuentes de amor y unión en nuestras familias. AMÉN.
Elevemos nuestras súplicas al cielo por todos los hijos que con su mal obrar generan tristezas permanentes a sus padres, y por aquellos que han abandonado a sus progenitores. Oremos por las familias que sufren por la enfermedad o la muerte de uno de sus integrantes, para que el Señor les brinde fortaleza en medio de los sufrimientos. Pidamos por las intenciones del Papa Francisco y por la conversión de nuestros legisladores y gobernantes. Por último, oremos por nuestra conversión para que seamos fuentes de amor y unión en nuestras familias. AMÉN.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario