PAPA FRANCISCO: MISIONERO DE HUMILDAD -KAIRÓS
Canción dedicada al Papa Francisco
Fuiste elegido en el tiempo
de más necesidad.
Llegaste a despertar con fuerza
los deseos de santidad.
Y con poder en tu discurso
Tú vienes a renovar.
Que tu mensaje sea mi luz,
Y con valor luchar
por ser un instrumento
que nos lance a la verdad.
Misionero de Humildad
Tu vida que me enseña a amar
Vamos a hacer lío
Y juntos hoy vamos a conquistar
Al mundo entero transformar
Nos has querido demostrar
que Cristo está de nuestro lado
y no podemos fracasar.
El mundo en busca de un impulso
de una razón para cambiar
Desprenderse de sus ojos
dar un paso y caminar
Tu no temes a la cruz
sin vacilar recorres el camino
que conduce siempre hasta Jesús.
Misionero de Humildad
Tu vida que me enseña a amar
Vamos a hacer lío
Y juntos hoy vamos a conquistar
al mundo entero transformar
Nos has querido demostrar
que Cristo está de nuestro lado
y no podemos fracasar.
Misionero de Humildad
Tu vida que me enseña a amar
Vamos a hacer lío
Y juntos hoy vamos a conquistar
al mundo entero transformar
Nos has querido demostrar
que Cristo está de nuestro lado
y es momento de empezar.
REFLEXIONES DE PAPA FRANCISCO SOBRE LA MUJER ADÚLTERA
Evangelio según san Juan (8,1-11)
«¡Quien de vosotros esté sin pecado, tire la primera piedra contra ella!»”.
El Evangelio, con una cierta ironía, dice que los acusadores se fueron, uno a uno, comenzando por los más ancianos. Y Jesús se queda solo con la mujer, como un confesor, diciéndole: «Mujer, ¿dónde están? ¿Nadie te ha condenado? ¿Dónde están? Estamos solos, tú y yo. Tú ante Dios, sin las acusaciones, sin las habladurías. ¡Tú y Dios! ¿Nadie te ha condenado?». La mujer responde: «¡Nadie, Señor!», pero ella no dice: «¡Ha sido una falsa acusación! ¡Yo no he cometido adulterio!» Reconoce su pecado y Jesús afirma: «¡Yo tampoco te condeno! Ve, ve y de ahora en adelante no peques más, para no pasar por un momento tan feo como este; para no pasar tanta vergüenza; para no ofender a Dios, para no ensuciar la hermosa relación entre Dios y su pueblo». ¡Jesús perdona! Pero aquí se trata de algo más que del perdón: Jesús supera la ley y va más allá. No le dice: '¡El adulterio no es pecado!' Pero no la condena con la ley. Y este es el misterio de la misericordia de Jesús. (Cf Homilía de S.S. Francisco, 7 de abril de 2014, en Santa Marta).
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