domingo, 31 de julio de 2016

Mensaje del Papa Francisco para todo discípulo de Jesús



El Papa Francisco en el Santuario San Juan Pablo II, en Cracovia, en el marco de la jornada Mundial de la Juventud 2016, pronunció la siguiente homilía ante más de 2000 personas, muchos de ellos obispos, sacerdotes, religiosas y laicos consagrados. Un profundo mensaje sobre lo que es realmente responder al llamado de Jesús:

“El pasaje del Evangelio que hemos escuchado nos habla de un lugar, de un discípulo y un libro –dijo el Papa- El lugar es la casa en la que estaban los discípulos al anochecer del día de la Pascua: de ella se dice sólo que sus puertas estaban cerradas Ocho días más tarde, los discípulos estaban todavía en aquella casa, y sus puertas también estaban cerradas Jesús entra, se pone en medio y trae su paz, el Espíritu Santo y el perdón de los pecados: en una palabra, la misericordia de Dios. En este local cerrado resuena fuerte el mensaje que Jesús dirige a los suyos: «Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo» .

“Jesús envía. Él desea desde el principio que la Iglesia esté de salida, que vaya al mundo. Y quiere que lo haga tal como él mismo lo ha hecho, como él ha sido mandado al mundo por el Padre: no como un poderoso, sino en forma de siervo no «a ser servido, sino a servir» y llevar la Buena Nueva también los suyos son enviados así en todos los tiempos. Llama la atención el contraste: mientras que los discípulos cerraban las puertas por temor, Jesús los envía a una misión; quiere que abran las puertas y salgan a propagar el perdón y la paz de Dios con la fuerza del Espíritu Santo”.

“Esta llamada es también para nosotros. ¿Cómo no sentir aquí el eco de la gran exhortación de san Juan Pablo II: «¡Abrid las puertas!»? No obstante, en nuestra vida como sacerdotes y personas consagradas, se puede tener con frecuencia la tentación de quedarse un poco encerrados, por miedo o por comodidad, en nosotros mismos y en nuestros ámbitos. Pero la dirección que Jesús indica es de sentido único: salir de nosotros mismos. Es un viaje sin billete de vuelta. Se trata de emprender un éxodo de nuestro yo, de perder la vida por él siguiendo el camino de la entrega de sí mismo. Por otro lado, a Jesús no le gustan los recorridos a mitad, las puertas entreabiertas, las vidas de doble vía. Pide ponerse en camino ligeros, salir renunciando a las propias seguridades, anclados únicamente en él”.

“En otras palabras, la vida de sus discípulos más cercanos, como estamos llamados a ser, está hecha de amor concreto, es decir, de servicio y disponibilidad; es una vida en la que no hay espacios cerrados ni propiedad privada para nuestras propias comodidades, al menos no los debe haber Quien ha optado por configurar toda su existencia con Jesús ya no elige dónde estar, sino que va allá donde se le envía, dispuesto a responder a quien lo llama; tampoco dispone de su propio tiempo. La casa en la que reside no le pertenece, porque la Iglesia y el mundo son los espacios abiertos de su misión. Su tesoro es poner al Señor en medio de la vida, sin buscar otra para él. Huye, pues, de las situaciones gratificantes que lo pondrían en el centro, no se sube a los estrados vacilantes de los poderes del mundo y no se adapta a las comodidades que aflojan la evangelización; no pierde el tiempo en proyectar un futuro seguro y bien remunerado, para evitar el riesgo convertirse en aislado y sombrío, encerrado entre las paredes angostas de un egoísmo sin esperanza y sin alegría. Contento con el Señor, no se conforma con una vida mediocre, sino que tiene un deseo ardiente de ser testigo y de llegar a los otros; le gusta el riesgo y sale, no forzado por caminos ya trazados, sino abierto y fiel a las rutas indicadas por el Espíritu: contrario al «ir tirando», siente el gusto de evangelizar”.

“En segundo lugar, aparece en el Evangelio de hoy la figura de Tomás, el único discípulo que se menciona. En su duda y su afán de entender —y también un poco terco—, este discípulo se nos asemeja un poco, y hasta nos resulta simpático. Sin saberlo, nos hace un gran regalo: nos acerca a Dios, porque Dios no se oculta a quien lo busca. Jesús le mostró sus llagas gloriosas, le hizo tocar con la mano la ternura infinita de Dios, los signos vivos de lo que ha sufrido por amor a los hombres”.

“Para nosotros, los discípulos, es muy importante poner la humanidad en contacto con la carne del Señor, es decir, llevarle a él, con confianza y total sinceridad, hasta el fondo, lo que somos. Jesús, como dijo a santa Faustina, se alegra de que hablemos de todo, no se cansa de nuestras vidas, que ya conoce; espera que la compartamos, incluso que le contemos cada día lo que nos ha pasado Así se busca a Dios, con una oración que sea transparente y no se olvide de confiar y encomendar las miserias, las dificultades y las resistencias. El corazón de Jesús se conquista con la apertura sincera, con los corazones que saben reconocer y llorar las propias debilidades, confiados en que precisamente allí actuará la divina misericordia. ¿Qué es lo que nos pide Jesús? Quiere corazones verdaderamente consagrados, que viven del perdón que han recibido de él, para derramarlo con compasión sobre los hermanos. Jesús busca corazones abiertos y tiernos con los débiles, nunca duros; corazones dóciles y transparentes, que no disimulen ante los que tienen la misión en la Iglesia de orientar en el camino. El discípulo no duda en hacerse preguntas, tiene la valentía de sentir la duda y de llevarla al Señor, a los formadores y a los superiores, sin cálculos ni reticencias. El discípulo fiel lleva a cabo un discernimiento atento y constante, sabiendo que cada día hay que educar el corazón, a partir de los afectos, para huir de toda doblez en las actitudes y en la vida”.

“El apóstol Tomás, al final de su búsqueda apasionada, no sólo ha llegado a creer en la resurrección, sino que ha encontrado en Jesús lo más importante de la vida, a su Señor; le dijo: «Señor mío y Dios mío».Nos hará bien rezar hoy y cada día estas palabras espléndidas, para decirle: «Eres mi único bien, la ruta de mi camino, el corazón de mi vida, mi todo”.

“En el último versículo que hemos escuchado, se habla, en fin, de un libro: es el Evangelio, en el que no están escritos muchos otros signos que hizo Jesús .Después del gran signo de su misericordia —podemos pensar—, ya no se ha necesitado añadir nada más. Pero queda todavía un desafío, queda espacio para los signos que podemos hacer nosotros, que hemos recibido el Espíritu del amor y estamos llamados a difundir la misericordia. Se puede decir que el Evangelio, libro vivo de la misericordia de Dios, que hay que leer y releer continuamente, todavía tiene al final páginas en blanco: es un libro abierto, que estamos llamados a escribir con el mismo estilo, es decir, realizando obras de misericordia. Os pregunto, queridos hermanos y hermanas: ¿Cómo están las páginas del libro de cada uno de vosotros? ¿Se escriben cada día? ¿Están escritas sólo en parte? ¿Están en blanco?”.

“Que la Madre de Dios nos ayude en ello- exclamó Francisco- que ella, que ha acogido plenamente la Palabra de Dios en su vida.nos de la gracia de ser escritores vivos del Evangelio; que nuestra Madre de misericordia nos enseñe a curar concretamente las llagas de Jesús en nuestros hermanos y hermanas necesitados, de los cercanos y de los lejanos, del enfermo y del emigrante, porque sirviendo a quien sufre se honra a la carne de Cristo. Que la Virgen María nos ayude a entregarnos hasta el final por el bien de los fieles que se nos han confiado y a sostenernos los unos a los otros, como verdaderos hermanos y hermanas en la comunión de la Iglesia, nuestra santa Madre”.

“Queridos hermanos y hermanas –finalizó el Pontífice- cada uno de nosotros guarda en el corazón una página personalísima del libro de la misericordia de Dios: es la historia de nuestra llamada, la voz del amor que atrajo y transformó nuestra vida, llevándonos a dejar todo por su palabra y a seguirlo. Reavivemos hoy, con gratitud, la memoria de su llamada, más fuerte que toda resistencia y cansancio. Demos gracias al Señor continuando con la celebración eucarística, centro de nuestra vida, porque ha entrado en nuestras puertas cerradas con su misericordia; porque, como a Tomás, nos da la gracia de seguir escribiendo su Evangelio de amor”.

sábado, 30 de julio de 2016

La Adoración Eucarística - De lo visible a lo invisible


En este vídeo "De lo visible a lo invisible", H.M. Televisión y la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos invitan a redescubrir la importancia de la Adoración Eucaristíca en la vida y en la misión de la Iglesia.

Este vídeo incluye entrevistas a:

Cardenal Antonio Cañizares, Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos
S. E. Mons. José Ignacio Munilla, Obispo de San Sebastián (España)
S. E. Mons. Marc Aillet, Obispo de Bayona (Francia)
Mons. Piero Amenta, Tribunal de la Rota Romana
Don Gabriel Díaz Azarola, sacerdote diocesano de Getafe (España)
Hna. Blanca Fuentes Casal, Sierva del Hogar de la Madre.

viernes, 29 de julio de 2016

Dios es amor


1 de Juan 4, 7-21

Queridos, amémonos unos a otros, porque el amor viene de Dios; todo el que ama es hijo de Dios y conoce a Dios. Quien no ama no ha conocido a Dios, ya que Dios es amor.

Dios ha demostrado el amor que nos tiene enviando al mundo a su Hijo único para que vivamos gracias a él. En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y envió a su Hijo para que, ofreciéndose en sacrificio, nuestros pecados quedaran perdonados.

Queridos, si Dios nos ha amado tanto, también nosotros debemos amarnos unos a otros. A Dios nunca lo ha visto nadie; si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros y el amor de Dios ha llegado a su plenitud en nosotros.
Reconocemos que está con nosotros y nosotros con él porque nos ha hecho participar de su Espíritu. Nosotros lo hemos contemplado y atestiguamos que el Padre envió a su Hijo como Salvador del mundo.

Si uno confiesa que Jesús es Hijo de Dios, Dios permanece con él y él con Dios. Nosotros hemos conocido y hemos creído en el amor que Dios nos tuvo. Dios es amor: quien conserva el amor permanece con Dios y Dios con él.

El amor llegará en nosotros a su perfección si somos en el mundo lo que él fue y esperamos confiados el día del juicio.

En el amor no cabe el temor, antes bien, el amor desaloja el temor. Porque el temor se refiere al castigo, y quien teme no ha alcanzado un amor perfecto. Nosotros amamos porque él nos amó antes.

Si uno dice que ama a Dios mientras odia a su hermano, miente; porque si no ama al hermano a quien ve, no puede amar a Dios a quien no ve. Y el mandato que nos dio es que quien ama a Dios ame también a su hermano.

Palabra de Dios

Santa Marta, patrona de los imposible


Juan 11, 19-27

Muchos judíos habían ido a visitar a Marta y María para darles el pésame por la muerte de su hermano. Cuando Marta oyó que Jesús llegaba, salió a su encuentro, mientras María se quedaba en casa.
Marta dijo a Jesús:
—Si hubieras estado aquí, Señor, mi hermano no habría muerto. Pero yo sé que lo que pidas, Dios te lo concederá.
Le dice Jesús:
—Tu hermano resucitará.
Le dice Marta:
—Sé que resucitará en la resurrección del último día.
Jesús le contestó:
—Yo soy la resurrección y la vida. Quien cree en mí, aunque muera, vivirá; y quien vive y cree en mí no morirá para siempre. ¿Lo crees?
Le contestó:
—Sí, Señor, yo creo que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, el que había de venir al mundo.

Palabra del Señor

jueves, 28 de julio de 2016

Y me encontró Jesús - Jorge Morel



Autor e interprete: Jorge Morel

Por el mundo me pasé
en busca de alegrías,
por el mundo me pasé
en busca de amor.

Y llené todo mi ser
de cuántas cosas
en el mundo te encontré.(bis)

Y me encontró Jesús,
"El Nazareno"
Y me dio de su luz
el Padre bueno.

Y me dio por llorar
Ayayay Ayayaa
Y me dio por llorar
frente al Padre.

Puede reconocer
puede reconocer
mis males.

Y me encontró Jesús,
"El Nazareno"
Y me dio de su luz
el Padre bueno. (Bis)

miércoles, 27 de julio de 2016

Bendice mis manos



Señor, bendice mis manos
para que sean delicadas y sepan tomar
sin jamás aprisionar,
que sepan dar sin calcular
y tengan la fuerza de bendecir y consolar.

Señor, bendice mis ojos
para que sepan ver la necesidad
y no olviden nunca lo que a nadie deslumbra;
que vean detrás de la superficie
para que los demás se sientan felices
por mi modo de mirarles.

Señor, bendice mis oídos
para que sepan oír tu voz
y perciban muy claramente
el grito de los afligidos;
que sepan quedarse sordos
al ruido inútil y la palabrería,
pero no a las voces que llaman
y piden que las oigan y comprendan
aunque turben mi comodidad.

Señor, bendice mi boca
para que dé testimonio de Ti
y no diga nada que hiera o destruya;
que sólo pronuncie palabras que alivian,
que nunca traicione confidencias y secretos,
que consiga despertar sonrisas.

Señor, bendice mi corazón
para que sea templo vivo de tu Espíritu
y sepa dar calor y refugio;
que sea generoso en perdonar y comprender
y aprenda a compartir dolor y alegría
con un gran amor.
Dios mío, que puedas disponer de mí
con todo lo que soy, con todo lo que tengo.

Sabine Naegeli

martes, 26 de julio de 2016

Oración al Divino Niño Jesús



Jesús mío, mi amor, mi hermoso Niño, te amo tanto...Tú lo sabes, pero yo quiero amarte más: haz que te ame hasta donde no pueda amarte más una criatura, que te ame, hasta morir...

Ven a mí, Niño mío; ven a mis brazos, ven a mi pecho, reclínate sobre mi corazón un instante siquiera, embriágame con tu amor. Pero si tanta dicha no merezco, déjame al menos que te adore, que doblegue mi frente sobre el césped que huellas con tus plantas, cuando andas en el pastoreo de tu rebaño.

Pastorcillo de mi alma, pastorcito mío, mira esta ovejita tuya cómo ansiosa te busca, cómo anhela por ti. Quisiera morar contigo para siempre y seguirte a donde quiera que fueras para ser en todo momento iluminada con la lumbre de tus bellísimos ojos, y recreada con la sin par hermosura de tu rostro, y regalada con la miel dulcísima que destila de tus labios. Quisiera ser apacentada de tu propia mano y que nunca más quitaras tu mano de ella.

Más, quisiera Jesús mío: quisiera posar mis labios sobre la nívea blancura de tus pies. Si, amor, mío, no quieras impedirme tanto bien; déjame que me anonade a tus plantas y me abrace con tus pies y los riegue con las lágrimas salidas de mi pecho amante, encendidas en el sagrado fuego de tu amor; déjame besarte y después... no quiero más, muérame luego. Sí, muérame amándote, muérame por tu amor, muérame por ti, niño mío que eres sumo bien, mi dicha, mi hermosura, la dulzura de mi alma, la alegría de mi pecho, la paz de mi corazón, el encanto de mi vida. Ah, morir enfermo de amor y de amor por ti, luz mía, que dicha para mi alma, qué consuelo, qué felicidad.

Todo tuyo es mi ser, pues de la nada lo creaste, y me lo diste y otra vez vino a ser tuyo cuando me redimiste y con el precio de tu sangre me compraste; y otras tantas veces, hasta hoy he sido tuyo, cuantos son los instantes que he vivido pues esta vida que tengo, tú mismo a cada instante me la otorgas, la conservas y la guardas. 

Por eso, Jesús mío, a ti quiero tornarme, de quien tantos bienes en uno he recibido. Tú, pues serás, de hoy más mi dueño único. Tú el único amado de mi alma, porque sólo tú eres mi padre y mi hermano y mi amigo; y solo tú eres mi rey y creador y redentor, y tú solo mi Dios y mi soberano Señor. 

Dulce Jesús mío Divino Niño de mi alma: dime una vez más que sí me amas y dame en prenda de amor, de amor eterno, tu santa bendición. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

lunes, 25 de julio de 2016

Quien quiera ser grande que se haga servidor de los demás


Mateo 20, 20-28


Entonces se le acercó la madre de los Zebedeos con sus hijos y se postró para hacer una petición.

Él le preguntó:
—¿Qué deseas?

Ella contestó:
—Manda que, cuando reines, estos dos hijos míos se sienten uno a tu derecha y otro a tu izquierda.

Jesús le contestó:
—No saben lo que piden. ¿Son capaces de beber la copa que yo he de beber?

Ellos contestan:
—Podemos.

Jesús les dice:
—Mi copa la beberán, pero sentarse a mi derecha e izquierda no me toca a mí concederlo; esos lugares son para quienes se los ha destinado mi Padre.
Cuando los otros diez lo oyeron, se enojaron con los dos hermanos.

Pero Jesús los llamó y les dijo:
—Saben que entre los paganos los gobernantes tienen sometidos a sus súbditos y los poderosos imponen su autoridad.
No será así entre ustedes; más bien, quien entre ustedes quiera llegar a ser grande que se haga servidor de los demás; y quien quiera ser el primero, que se haga sirviente de los demás. Lo mismo que el Hijo del Hombre no vino a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos.

Palabra del Señor

Oración: Agranda la Puerta - Miguel de Unamuno


Jesús entró en nuestro mundo
por la puerta pequeña
pequeño Él
hecho Niño Él

Agranda la puerta, Padre, 
porque no puedo pasar. 
La hiciste para los niños, 
yo he crecido, a mi pesar. 

Si no me agrandas la puerta, 
achícame, por piedad; 
vuélveme a la edad aquella 
en que vivir es soñar. 

Miguel de Unamuno

domingo, 24 de julio de 2016

La oración



Jesús y la oración

Lucas 11, 1-13

Una vez estaba en un lugar orando. Cuando terminó, uno de los discípulos le pidió:

—Señor, enséñanos a orar como Juan enseñó a sus discípulos.
Jesús les contestó:

—Cuando oren, digan:
Padre,
santificado sea tu nombre,
venga tu reino;
el pan nuestro de cada día danos hoy;
perdona nuestros pecados
como también nosotros
perdonamos a todos los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación.

Y les añadió:
—Supongamos que uno tiene un amigo que acude a él a media noche y le pide: Amigo, préstame tres panes, que ha llegado de viaje un amigo mío y no tengo qué ofrecerle. El otro desde dentro le responde: No me vengas con molestias; estamos acostados yo y mis niños; no puedo levantarme a dártelo. Les digo que, si no se levanta a dárselo por amistad, se levantará a darle cuanto necesita para que deje de molestarlo.

Y yo les digo: Pidan y se les dará, busquen y encontrarán, llamen y se les abrirá, porque quien pide recibe, quien busca encuentra, a quien llama se le abre.

¿Qué padre entre ustedes, si su hijo le pide pan, le da una piedra? O, si le pide pescado, ¿le dará en vez de pescado una culebra? O, si pide un huevo, ¿le dará un escorpión? Pues si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan!

Palabra del Señor

viernes, 22 de julio de 2016

Si yo fuera limpio de corazón descubriría

Si yo fuera limpio de corazón descubriría...


Que todos somos obra de Dios, llevamos algo de bueno en el corazón.
Que todos valemos la pena, y nos queda algo de la imagen de Dios.
Que a todos hay que darles otra oportunidad.

Que todos somos dignos de amor, justicia, libertad, perdón.
Que todos somos dignos de compasión, respeto y de muchos derechos.
Que todas las criaturas son mis hermanas.
Que la creación es obra maravillosa de Dios.

Que no hay razón para levantar barreras, cerrar fronteras.
Que no hay razón para ninguna clase de discriminación.
Que no hay razón para el fanatismo y para no dialogar con alguien.
Que no hay razón para maldecir, juzgar y condenar a nadie.
Que no hay razón para matar, ni para el racismo.

Que todos los ancianos tienen un caudal de sabiduría, y los jóvenes, de ideales.
Que los adolescentes tienen un caudal de planes, y los niños, de amor.
Que las mujeres tienen un caudal de fortaleza, y los enfermos, de paciencia.
Que los pobres tienen un caudal de riqueza,
y los discapacitados, de capacidades.

Que hay razón para tender puentes, dar a todos la paz, trabajar por la paz,
amar y defender la creación.
Que hay razón para ser hermanos y seguir siendo amigos.
Que hay razón para sonreír a todos.
Que hay razón para dar a todos los buenos días, dar a todos la mano,
intentar de nuevo hacerlo todo mejor.

Que hay razón para seguir viviendo, para vivir en comunidad.
Que hay razón para prestar un oído a lo que dicen los demás.
Que hay razón para servir, amar, sufrir.
Que hay razón para muchas cosas más

jueves, 21 de julio de 2016

Porque miran y no ven, escuchan y no oyen ni comprenden



Contando con Parábolas 

Mateo 13, 10-17

Se le acercaron los discípulos y le preguntaron:
—¿Por qué les hablas contando parábolas?

Él les respondió:
—Porque a ustedes se les ha concedido conocer los secretos del reino de los cielos, pero a ellos no se les concede. Al que tiene le darán y le sobrará; al que no tiene le quitarán aun lo que tiene. Por eso les hablo contando parábolas: porque miran y no ven, escuchan y no oyen ni comprenden.

Se cumple en ellos aquella profecía de Isaías:
Por más que escuchen,
no comprenderán,
por más que miren,
no verán.
Se ha endurecido
el corazón de este pueblo;
se han vuelto duros de oído,
se han tapado los ojos.
Que sus ojos no vean
ni sus oídos oigan,
ni su corazón entienda,
ni se conviertan para que yo los sane.
Dichosos en cambio los ojos de ustedes porque ven y sus oídos porque oyen.
Les aseguro que muchos profetas y justos ansiaron ver lo que ustedes ven, y no lo vieron, y escuchar lo que ustedes escuchan, y no lo escucharon.

Palabra del Señor

miércoles, 20 de julio de 2016

Antes de formarte en el vientre te elegí



Llamamiento de Jeremías

Jeremías 1, 5-10

El Señor se dirigió a mí y me dijo:
“Antes de darte la vida, ya te había yo escogido;
antes que nacieras, ya te había apartado
y te había destinado a ser profeta de las naciones."

Yo contesté:
“¡Ay, Señor! ¡Yo soy muy joven y no sé hablar!”

Pero el Señor me dijo:
“No digas que eres muy joven.
Tú irás a donde yo te mande
y dirás lo que yo te ordene.
No tengas miedo de nadie,
pues yo estaré contigo para protegerte.
Yo, el Señor, doy mi palabra.”

Entonces el Señor extendió la mano, me tocó los labios y me dijo:
“Yo pongo mis palabras en tus labios.
Hoy te doy plena autoridad
sobre reinos y naciones,
para arrancar y derribar,
para destruir y demoler,
y también para construir y plantar.”
Palabra de Dios

martes, 19 de julio de 2016

Oración por las vocaciones: Envíanos Locos


ENVÍANOS LOCOS

¡Oh, Dios! Envíanos locos,
de los que se comprometen a fondo,
de los que se olvidan de sí mismos,
de los que aman con algo más que con palabras,
de los que entregan su vida de verdad y hasta el fin.

Danos locos,
chiflados,
apasionados,
hombres capaces
de dar el salto hacia la inseguridad,
hacia la incertidumbre sorprendente de la pobreza;
danos locos,
que acepten diluirse en la masa
sin pretensiones de erigirse un escabel,
que no utilicen su superioridad en su provecho.

Danos locos,
locos del presente,
enamorados de una forma de vida sencilla,
liberadores eficientes del proletariado,
amantes de la paz,
puros de conciencia,
resueltos a nunca traicionar,
capaces de aceptar cualquier tarea,
de acudir donde sea,
libres y obedientes,
espontáneos y tenaces,
dulces y fuertes.

Danos locos, Señor, danos locos.

Louis Joseph Lebret

sábado, 16 de julio de 2016

Oraciones para la Consagración al Inmaculado Corazón de María


CONSAGRACIÓN PARA LA TRIUNFANTE VICTORIA DEL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA 


En este despertar del amanecer de tu Triunfo, Yo, tu hijo, unido en la respuesta a tu llamado maternal, hago mi promesa de consagración a tu Inmaculado Corazón, participando así en tu Triunfo.


Te ruego, querida Madre, que me lleves en tus manos maternales para ser presentado a Dios Padre en el Cielo y ser así escogido y colocado al servicio de tu Hijo en forma especial, al aceptar los sacrificios del Triunfo de tu Inmaculado Corazón.

En este solemne acto yo me consagro a tu Inmaculado Corazón. Yo, como tu hijo, te ofrezco mi Sí al unísono con el tuyo propio; te ruego que sea fortificado y permanezca fuerte hasta el final de esta batalla por la culminación de las promesas que hiciste en Fátima: la conversión de Rusia, la tierra de tu más grande victoria, y por medio de la cual vendrá la conversión del mundo entero y el reinado de la paz global.

Reina de los Apóstoles, Corredentora, guíame en medio de la oscuridad de este tiempo, en el que los rayos de tu amanecer vienen a dar luz a mi horizonte. Con el refugio de tu Inmaculado Corazón como mi faro, mándame a los campos de batalla con tu espada de la verdad y con la coraza de la virtud, para ser su reflejo. Con este acto de consagración quiero vivir contigo, por medio de Ti, todos los compromisos asumidos en mi consagración bautismal.

Me comprometo a realizar en mí la conversión interior requerida por el evangelio, que me libre de todo apego a mí mismo, de los fáciles compromisos con el mundo, para estar como Tú, sólo disponible para hacer siempre la voluntad del Padre. Quiero confiarte, Madre dulcísima y misericordiosa, mi existencia y vocación cristiana, para que Tú dispongas de ella para tus designios de salvación en esta hora decisiva que pesa sobre el mundo.

Me comprometo a vivirla según tus deseos, con un renovado espíritu de oración y de penitencia; con la participación fervorosa en la celebración de la Eucaristía y en el apostolado, me comprometo a rezar el Rosario diariamente; me comprometo a un austero modo de vida conforme al Evangelio y me comprometo a ser un buen ejemplo para los demás en la observancia de la ley de Dios, en el ejercicio de las virtudes cristianas y en especial de la caridad, la humildad y la pureza de la infinita misericordia y amor de Dios Padre.

Prometo, Madre mía, la fidelidad a nuestro Santo Padre el Papa como el divino representante de Cristo entre nosotros. Que esta Consagración le dé a Él la unidad de nuestros corazones, mentes y almas: llevar a una realidad el Triunfo de Tu Inmaculado Corazón, para que pueda descender sobre la tierra bajo su pontificado.

Como un apóstol de tu Triunfo, te prometo, Madre, ser testigo de la divina presencia de tu Hijo en la Sagrada Eucaristía, la fuerza unificante de tu poderoso ejército. Que encuentre convicción, confianza en el único centro de unidad que es el Santísimo Sacramento. «Que sea creada por Él en mí un alma de perfección». Ruego que Su reflejo brille sobre todo el mundo y sobre todos los hombres. Oh Santísima Virgen de Pureza, Mediadora de todas las gracias celestiales, habita en mi corazón, trae contigo a tu Esposo, el Espíritu Santo; así mi consagración será fructífera por medio de los regalos, gracias y dones infundidos por Su llegada. Con el poder de Su presencia permaneceré firme en confianza, fuerte y persistente en la oración y entregado en total abandono a Dios Padre.

Que el Espíritu Santo se manifieste sobre el mundo como un murmullo de oraciones a través de la unión de corazones. Yo, (Nombre), tu hijo(a), en presencia de todos los ángeles de tu Triunfo, de todos los Santos del Cielo y en unión con la Santa Madre Iglesia, renuevo en las manos del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, los votos de mi Bautismo.

• ofrezco, querida Madre, todo mi pasado, mi presente y mi futuro, las alegrías y las tristezas, las oraciones y los sacrificios, todo lo que soy y todo lo que tengo y todo lo que el Padre moldeará en mí.

• doy, Madre, mi amor y compromiso para que siempre estemos unidos en el SI de la eternidad y en las profundidades de tu Triunfante Inmaculado Corazón. Colócame en tu Corazón Inmaculado y cúbreme con tu manto.
Amén


CONSAGRACIÓN AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA


(Tradicional de San Luis Grignón de Montfort) 

Yo, pecador infiel, renuevo y ratifico hoy en tus manos, Oh madre Inmaculada, los votos de mi bautismo. 

Renuncio a Satanás, a todas sus presunciones y a sus obras, y me entrego enteramente a Jesucristo, la Sabiduría Encarnada, para llevar mi cruz siguiendo sus pasos, todos los días de mi vida, y serle fiel de ahora en adelante. 

En presencia de la Corte Celestial, te escojo en este día como mi Madre y Señora. Me consagro a tu Corazón Inmaculado y te entrego, como esclavo, mi cuerpo, mi mente y mi alma; todos mis bienes, tanto interiores como exteriores; y aún el mérito de todas mis buenas obras pasadas, presentes y futuras. Particularmente te consagro a mi familia, otorgándote todo el derecho de disponer de mí y de todo lo que me pertenece según sea de tu agrado, para la mayor gloria de Dios en el tiempo y la eternidad. 


CONSAGRACIÓN CORTA TRADICIONAL 

Oh Señora mía, Oh Madre mía. Yo me entrego del todo a Ti. Y en prueba de mi filial afecto te consagro desde este día mis ojos, mis oídos, mi lengua, mi corazón, en una palabra: todo mi ser. 

Y ya que soy tuyo, Oh Madre de Bondad, protégeme y defiéndeme, como hijo y posesión tuya, Amén

viernes, 15 de julio de 2016

Día 33. Preparación para la Consagración al Inmaculado Corazón de María

MENSAJE
«Ángel mío, deseo pedirles a todos mis hijos: antes de comenzar el Acto de la Consagración, antes de la primera palabra de promesa de sus corazones, que deben examinar su vida interior. La unión de nuestros corazones esta hecha de puros obsequios de amor. Si no encuentran que este es el motivo, el alma debe detenerse, retroceder y volver a comenzar. Solamente cuando esté invadida por un irresistible amor por mi Inmaculado Corazón podrá consagrarse definitivamente».

Este es el verdadero Acto de Consagración, un intercambio de corazones con una total entrega tuya a mi amor y una entrega total de mi amor hacia ustedes. El amor es el único regalo del Padre, con el amor viene todo lo demás. Tu no puedes florecer en este acto sin la base de amar.

Ángel mío, con esto grabado en el centro de tu corazón, estaré en condiciones de traer a cada corazón a la senda de mi Hijo.

Madre, «¿Es ésta la única razón por la que tu deseas que el alma se dirija a ti?».

«Si, mi ángel, yo comienzo hoy a preparar la actitud de los corazones que van a ser consagrados». (Marzo 3 de 1.993)

GUÍA
El propósito total de todo esto es traer cada alma a su estado original ante Dios, sin pecado, como Él la creó en un principio. Si el enfoque del Cielo es traer a las almas de regreso dentro de la perfección para la cual fue creada, la consagración debe ser realizada como un acto para el mismo propósito. El plan inicial de Dios Padre, al enviar a su Hijo sobre la tierra, fue el de llevar a todas las almas a su estado original, entonces cada acto que cualquiera haga debe ser por la misma razón.

La consagración, por lo tanto, debe tener todas las cualidades redentoras que estarán presentes dentro de Nuestra Señora. Este es el camino que le permite a Ella realizar su misión como Corredentora y en unión con Jesús traer las cualidades redentoras de El, lo que se convierte en el verdadero propósito de la Consagración.

DIRECCIÓN
En todas nuestras acciones para complacer a Dios encontraremos estas señales por las que podemos conocer si realmente lo hemos hecho solo por Dios:

Primero: Si cuando tu trabajo no ha tenido éxito, tú no estás molesto sino que permaneces tan tranquilo como si hubieras alcanzado tu meta.

Segundo: Te regocijas en las cosas buenas hechas por otros como si hubieran sido hechas por ti mismo. Al alma que busca nada más que la divina voluntad de Dios no le importa si algo bueno ha sido hecho por otro o por uno mismo.

Tercero: Si no deseas un trabajo más que otro porque estás contento con el que te asignan.

Cuarto: Si realizas un buen trabajo, no deseas gracias o reconocimiento sino que permaneces con la misma tranquilidad de mente, aún cuando seas maltratado, satisfecho porque le has dado alegría a Dios.

Quinto: Si tu trabajo es interrumpido en un momento dado, no te molestas.

Es por medio de estás guías como podrás darle paz a tu alma y traer la mayor gloria a Dios.

MEDITACIÓN
¡Oh Inmaculado Corazón de María!, concede a mi alma en esta consagración a través de Ti, las gracias para conservar la paz y la tranquilidad en todas mis acciones. No permitas que mis propios deseos nublen las riquezas de tu cosecha. Ruego que nunca busque mis propios fines en mis tareas, sino conseguir el cumplimiento de tu Triunfo.

Dale a mi alma la gracia de aceptar mi trabajo y de completarlo por amor a Él. En mi «Sí» le doy a Él todo mi pasado, presente y futuro, alegrías y tristezas, oraciones y sacrificios, todo lo que soy y todo lo que el Padre moldeara en mi.

«También sabemos que Dios dispone todas las cosas para bien de los que lo aman» (Romanos 8:23)

jueves, 14 de julio de 2016

Día 32. Preparación para la Consagración al Inmaculado Corazón de María

MENSAJE
«Ángel mío, vengo en estos días a darte aquello que será necesario para cumplir todos los requisitos de Dios. Por mi intenso amor, mi Corazón le es dado al mundo. A través de mi Inmaculado Corazón, esta segunda gracia puede descender hoy sobre la humanidad. De la misma manera que el vino de mi vientre como el Caballero de Salvación para el mundo, así Él desea traer su tierno y amoroso Corazón una vez más a sus hijos. El ha decidido entregar su Sagrado Corazón otra vez, por medio de mi Inmaculado Corazón.

Por lo tanto ya ves, ángel mío, lo importante que es cada corazón consagrado a mi Triunfo porque, a través de mi Corazón, ellos encontrarán el de Él, de una manera más profunda.

Pido que este llamado sea dado a todos los corazones para que esta inmensa gracia celestial pueda derretirlos y moldearlos en la imitación de mi Inmaculado Corazón. Así, en esta forma, y solo en esta forma, podrán ellos ser traídos al portal del Cielo y colocarlos donde Dios siempre ha deseado que ellos descansen en su luz». (Septiembre 29 de 1.993)

GUÍA
De la corte que le pertenece a Nuestra Señora, vendrán los santos y los ejemplos para el futuro. Esos serán aquellos que han fundado el Triunfo de su Inmaculado Corazón y han sido probados a fuego. Estas grandes almas estarán llenas de celo y llenas de gracia. Estas serán escogidas para luchar contra los enemigos de Dios. Esta batalla se enfurecerá a su alrededor y ellos permanecerán singularmente concentrados en el Inmaculado Corazón de Nuestra Señora.

Ellos serán iluminados por su luz, fortalecidos por su mano, guiados por su Espíritu, soportados por su brazo, y acogidos bajo su manto de protección. Con sus palabras y ejemplos, ellos atraerán al mundo entero al Inmaculado Corazón de María, ellos se harán de muchos enemigos pero también traerán victorias y gloria a Dios. Estos son los apóstoles del Triunfo unidos al Corazón de Nuestra Señora por la consagración.

DIRECCIÓN
La devoción a Nuestra Señora es necesaria para todo el mundo a fin de conseguir su salvación. Es aún más importante para aquellos que aceptan el llamado a la perfección. No es posible adquirir una intima unión con Dios y con el Espíritu Santo sin una sincera unión con Nuestra Señora. Esta unión conlleva una gran dependencia a su buena voluntad e instintos maternales. Es el corazón de Nuestra Señora el que gana el acceso a la puerta del estrecho camino al Cielo.

Nuestra consagración nos llama al escondido mundo del vientre de Nuestra Madre María; que está llena de todos los misterios del Cielo, esperando ser dispensados a todos los humildes de corazón. Nosotros, llamados a ser elegidos, somos llamados a este paraíso secreto dentro de la Santísima Virgen.

Es desde este reino místico donde nosotros seremos transformados y moldeados conforme la imagen perfecta de Dios, nos convertiremos el ejemplo de unidad, conversión y santidad.

MEDITACIÓN
¡Oh Inmaculado Corazón de María!, dale a mi alma la perfección a la que he sido llamada!. Concede a mi alma la habilidad que se requiere para permanecer en el llamado a la santidad. Escóndeme en tu vientre, querida Madre, consagrado como hijo tuyo y cosa tuya, ilumina la tarea que estoy llamado a realizar. Mándame a los campos a recoger la cosecha de tu Triunfo: todas las almas que anhelan tu abrazo.

«Apareció en el Cielo una señal grandiosa: una mujer vestida de sol (Apocalipsis 12:1)




miércoles, 13 de julio de 2016

Bendición irlandesa




Que los caminos se abran a tu encuentro,
que el sol brille sobre tu rostro,
que la lluvia caiga suave sobre tus campos,
que el viento sople siempre a tu espalda.


Que guardes en tu corazón con gratitud
el recuerdo precioso
de las cosas buenas de la vida.

Que todo don de Dios crezca en ti
y te ayude a llevar la alegría
a los corazones de cuantos amas.

Que tus ojos reflejen un brillo de amistad,
gracioso y generoso como el sol,
que sale entre las nubes
y calienta el mar tranquilo.

Que la fuerza de Dios te mantenga firme,
que los ojos de Dios te miren,
que los oídos de Dios te oigan,
que la Palabra de Dios te hable,
que la mano de Dios te proteja,
y que, hasta que volvamos a encontrarnos,
otro te tenga, y nos tenga a todos,
en la palma de su mano.


Día 31. Preparación para la Consagración al Inmaculado Corazón de María

MENSAJE
«Ángel mío, te he pedido divulgar el acto de la consagración a mi Inmaculado Corazón en todas las formas. Deseo proteger y guiar a todos aquellos qué trabajan diligentemente para este llamado. Son estas mismas las qué ganaran gran favor ante los ojos de Dios.

Permíteme ayudarte a contemplar la magnitud de los deseos de Dios Padre. El desea tener todos los corazones unidos al de Él, por medio mío, porque es a través de Mi Corazón como El vendrá a todos ellos. Es su amor por mi el que crea esta gracia para las almas.

El desea grandemente compartir la riqueza del Cielo con todas las almas y es por este medio como El desea compartir mi corazón con ellos también. El tiempo se hace corto, mi ángel, haz un llamado para que estén preparados para el gran don del Cielo por la consagración a mi Inmaculado Corazón. Vengan juntos para que yo pueda enseñarles a todos su importancia y así otorgar mi gracia sobre los líderes que tendrán el regalo de mi Corazón y el poder del Espíritu Santo, que por medio de estos regalos, ellos pueden evangelizar las multitudes, y que nosotros, todos juntos podamos cumplir el más ardiente deseo de Dios.

Te digo, querido ángel, que solemnemente solicito qué le des tu completa confianza y atención a este asunto». (Septiembre 23 de 1.993)

GUÍA
En una palabra sabemos que los apóstoles de estos tiempos serán verdaderos discípulos de Cristo. Ellos vienen a enseñar el mensaje del Evangelio en toda su verdad, sin compromisos. Les enseñaremos la vía angosta de la verdad pura, según el Evangelio, y no la mala representación del mundo. Cargarán la cruz en sus hombros y llevarán el Rosario en sus manos. Imbuidos en sus corazones está el nombre de María y el reflejo de Cristo en sus ojos. Este es el gran ejército que Ella está reuniendo, pero es Nuestra Señora quien, a petición de Dios Padre los forjará para el propósito de crear la unidad por la gracia divina por medio de la consagración a su Inmaculado Corazón.

DIRECCIÓN
Aquellos que han oído el llamado a esta misión, encontrarán que la llama arde tan brillante dentro de sus corazones que nada puede extinguirla y nada puede calmarla excepto el calor y el abrazo del Corazón de Nuestra Señora. Nosotros somos escogidos para estar a su servicio en la batalla más importante de todos los tiempos. La batalla ha comenzado, las señales son evidentes dentro del mundo. Cada día, continuamos la pelea por su victoria. Por el don de la cruz, seremos fortalecidos y fortificados con su peso. Al final nosotros también estaremos llenos de regocijo en el momento de la resurrección.

Al final de la carrera, cuando inclinemos la cabeza para recibir la corona de la victoria encontraremos que la luz que ha guiado nuestro camino, fue el Corazón de Nuestra Madre. Ella graciosamente dirigió nuestra alma por una senda que ningún hombre podía conocer. Solo Ella conocía y veía las trampas y lazos colocados frente a nosotros, Nuestra consagración es nuestra garantía de Victoria en el fin.

MEDITACIÓN
¡Oh Inmaculado Corazón de María!, recógenos dentro de tu manto de protección con tu abrazo maternal; dentro del refugio de tu Inmaculado Corazón. Ayúdame a conocer mi lugar en el plan divino de Dios.

«Para esto nací, para esto vine al mundo, para ser testigo de la verdad. Todo hombre que está de parte de la verdad, escucha mi voz» (Juan 18:37)

martes, 12 de julio de 2016

Día 30. Preparación para la Consagración al Inmaculado Corazón de María

MENSAJE
«Ángel mío, mira las oportunidades que se te han concedido en el mundo para propagar el llamado a la consagración a mi Inmaculado Corazón. No permitas que ninguno se te escape, muchos esperan hoy recibir y crecer en este llamado. Te digo que este es el llamado a la santidad en estos días, es la gracia de renovación y transformación, en forma igualmente personal y universal.

Mi Triunfo será sentido en ambas formas: interna y externamente en la Iglesia. La restauración de la verdad del mensaje de salvación de mi Hijo está en camino y ningún rincón del globo quedará sin ser tocado por Su gracia y justicia.

Trata de recordar e iluminar a todos los que actualmente pertenecen a esta misión, la importancia y urgencia que yo pongo en su cumplimiento. No tengan un momento de duda de cómo va a ocurrir todo esto; solamente escuchen cuidadosamente y respondan inmediatamente a todo lo que se les pida ahora. Te aseguro que la tierra temblará ante la fuerza que el Cielo lanzará sobre ella.

Muy pronto el encuentro de la batalla será visto en la calles y en el Cielo, ningún corazón permanecerá solo, será tomado por mi Inmaculado Corazón o tomado por Satanás. Aquí están las verdaderas selecciones, el alma será protegida por la gracia o arrebatada por el demonio. Consideren esto seriamente, todos los que oigan mi Corazón».(Septiembre. 22 de 1.993)

GUÍA
Dios desea que su Madre pueda ser más conocida y amada. Todos sus hijos conocerán su grandeza y consagrarán sus corazones a Ella. Ellos experimentarán su bondadoso y maternal abrazo, su misericordia, de la cual Ella está llena y la necesidad que tienen de su ayuda. Ellos vendrán a pedirle todo a Ella, serán sus apóstoles, la corte de los tiempos modernos, ellos serán ministros para el Triunfo, quienes como fuego ardiente, encenderán el fuego del divino amor en todas partes.

Nuestra Señora penetrará los corazones de los enemigos con el fuego de estos corazones consagrados, Ellos serán los truenos que llenen los Cielos, estos corazones se separarán de todo y al no ser distraídos por nada, regarán sobre el mundo la lluvia de la verdad y del Inmaculado Corazón de Nuestra Señora. Estamos llamados a convertirnos en soldados de su poderoso ejército de Triunfo, nuestra consagración nos unirá para enfrentar esta guerra final cuyas proporciones no podemos comprender.

DIRECCIÓN
Seremos los verdaderos apóstoles de los últimos tiempos, es decir el ejército al cual el Señor le dará su espada de la verdad y que traerá las maravillas de la consagración a todos los que esperan con corazones anhelantes. Ellos no tendrán dinero, ni posesiones, pero tampoco tendrán preocupaciones sobre eso. Se encontrarán en medio de sacerdotes escogidos para dirigir esta fuerza del Espíritu Santo. Tendrán las alas de la pureza y la llama para la salvación de las almas e irán a donde el Espíritu Santo los llame. No predicarán más que el oro de la caridad y traerán el amor de Dios y la ternura de la Santísima Virgen.

MEDITACIÓN
¡Oh Inmaculado Corazón de María!: Guíame en la batalla, hazme un verdadero apóstol de tu Triunfo. Pon mi corazón en la fila de tu escogida corte, al servicio de tu Hijo en forma especial. Mándame hacia el mundo para que pueda ganar para ti aunque sea un corazón para presentárselo a Dios Padre como tu donación de salvación. Une mi consagrado corazón con aquellos que tú has escogido para guiar esta fuerza de verdad. Ayúdame, Madre querida, a no vacilar un momento, sino permanecer fuerte, convencido y comprometido con tu Triunfo.

«Entonces se le apreció un Ángel del Cielo que venía a animarlo» (Lucas 22:43)

Coronilla de las virtudes

lunes, 11 de julio de 2016

La medalla de San Benito



Hoy 11 de julio, fiesta de San Benito, recordamos el significado de su medalla, un objeto religioso aprobado por la iglesia, al cual se le han atribuido diferentes cualidades entre ellas: proteger del maligno, servir en exorcismos, ayudar en el momento de la muerte, ganar indulgencia plenaria (el día de hoy acompañada de confesión, comunión eucarística y oraciones por las intenciones del Sumo Pontífice).

Anverso
En las antiguas medallas aparece, rodeando la figura del santo, este texto latino en frase entera: Eius in óbitu nostro preséntia muniámur. "Que a la hora de nuestra muerte, nos proteja tu presencia".

En las medallas actuales, frecuentemente desaparece la frase que es sustituida por esta: Crux Sancti Patris Benedicti, o todavía, más simplemente, por la inscripción: Sanctus Benedictus.

Reverso
En cada uno de los cuatro lados de la cruz: C. S. P. B. Crux Sancti Patris Benedicti - Cruz del Santo Padre Benito
En el palo vertical de la cruz: C. S. S. M. L. Crux Sácra Sit Mihi Lux - Que la Santa Cruz sea mi luz
En el palo horizontal de la cruz: N. D. S. M. D. Non Dráco Sit Mihi Dux. Que el demonio no sea mi jefe
Empezando por la parte superior, en el sentido del reloj: 

V. R. S. Vade Retro Satánas. Aléjate Satanás - 
N. S. M. V. Non Suáde Mihi Vána. No me aconsejes cosas vanas 
S. M. Q. L. Sunt Mála Quae Libas. Es malo lo que me ofreces 
I. V. B. ípse Venéna Bíbas. Bebe tú mismo tu veneno

En la parte superior, encima de la cruz suele aparecer unas veces la palabra PAX y en las más antiguas IESUS

Día 29. Preparación para la Consagración al Inmaculado Corazón de María

MENSAJE

«Ángel mío, cada alma que es consagrada a mi Corazón maternal, estará dotada con todos los méritos de mi gracia celestial. Esta le es dada sin ninguna restricción, pues se ha convertido en el cumplimiento de mi triunfo. Tú eres mi donativo de salvación, tú eres, al final, el testigo del Sagrado Corazón de mi Hijo y la manifestación de su amor y misericordia, por tu participación y dedicación en tu consagración a mi triunfante Corazón Inmaculado. Esto es lo que yo deseo que tu viertas sobre tu corazón, que permitas que la luz de mi Hijo sea mas conocida y Yo más amada. Este es su más caro deseo que yo anhelo ver cumplido». (Septiembre 19 de 1.993)

GUÍA
En estos últimos tiempos, Nuestra Señora resplandecerá como nunca antes en misericordia, poder y gracia. En misericordia, para traer de regreso y amorosamente recibir a los pobres pecadores, y para traer conversión, consagración y renovación a la Santa Iglesia. En poder, Ella viene a traer un ejército potente contra la guerra levantada por Satanás quien alzará una rebelión contra Dios. En gracia, Ella resplandecerá en gracia, para sostener sus valientes soldados que combaten por su triunfo.

Más que todo, Nuestra Señora viene a hacer la guerra contra el demonio, porque el levantará una cruel persecución y pondrá terribles trampas en la senda de la santidad. Está escrito que en la gloria final del Triunfo, «Haré que haya enemistad entre ti y la mujer, entre tu descendencia y la suya». (Génesis 3:15) Ella aplastará la cabeza del Demonio con su talón, esta enemistad es entre María y Satanás; es en esta batalla final en donde nos uniremos para proclamarla a Ella nuestra Reina «El Triunfo de su Inmaculado Corazón». Este triunfo comienza dentro de nuestros corazones donde por tanto tiempo ha estado dormido.

DIRECCIÓN
Nuestra Señora se manifiesta al mundo por medio de nuestra consagración; es así como estamos aptos para reflejar su gracia a toda la gente. Estamos llamados a ser los faros de verdad en la batalla por su Triunfo. Esta es una guerra hecha contra los hijos de María. Lo que Satanás ha perdido por su orgullo, María lo ha ganado por su humildad, lo que ha sido perdido por desobediencia, Nuestra Señora lo ha ganado por su completa sumisión y abandono.

Con el pecado original el paraíso que Dios creó fue perdido; pero María siendo una sierva fiel, ha venido a salvar a sus hijos. Estos hijos, que son también siervos junto con Ella, han consagrado todos los corazones ganados por Ella para el reinado del Sagrado Corazón de Jesús. Así es como esta batalla es establecida entre los hijos de la luz y los de la oscuridad. Es está la persecución que nosotros sentiremos más que nunca, debemos recordar que el espíritu humilde siempre vencerá sobre el orgullo.

MEDITACIÓN
¡Oh Inmaculado Corazón de María!, manifiesta en mí la gloria de tu Triunfo! Fortaléceme en la batalla, porque verdaderamente es ésta la más fiera conocida por la humanidad. Consígueme total abandono en mi consagración. Vísteme con la orden de batalla de la virtud, con la espada de la verdad como bandera de tu Triunfo.

Anímame, por medio de la convicción de sostener los valores y la moral enseñados en los mensajes del Evangelio. Fortifícame en mi plaza fuerte con la oración, para que pueda encontrar una invencible unidad contigo y tu esposo. Realza mi alma con la gracia para soportar la persecución y las pruebas que vendrán, para que pueda regocijarme en la gloria de tu Victoria Triunfante.

«En adelante todos los hombres dirán que soy feliz. En verdad el Todopoderoso hizo grandes cosas para mi» (Lucas 1: 48 – 49)


domingo, 10 de julio de 2016

Día 28. Preparación para la Consagración al Inmaculado Corazón de María

MENSAJE
«Ángel mío, ten conocimiento que yo tengo grandes expectativas de estos días. Ten la seguridad de que yo permanezco contigo. Te pido que traigas a la luz la importancia de los deseos de Dios por la consagración. Espero traer la luz de las gracias sobre mis hijos de esta forma. Por medio de un corazón abierto, puede el mundo convertirse en un paraíso interior y exteriormente.

Yo vengo a traerle al mundo regocijo, consuelo y una advertencia, con cariño. Quédate conmigo, mí querido Ángel, permite que mi corazón brille al mundo en ti y a través de ti. Que la paz de mi hijo esté contigo». (Septiembre 18 de 1.993)

GUÍA
Fue por medio de Nuestra Señora como la salvación del mundo comenzó y es a través de Ella como será consumada. La Santísima Virgen nos ha sido revelada y dada a conocer por el Espíritu Santo, a fin de que a través de Ella, Jesús pueda ser conocido y amado. Ahora, en estos últimos tiempos, Dios desea que conozcan a Su Hija, la obra maestra de su creación.

El desea ser glorificado y alabado en Ella y a través de Ella por todos. Jesús vino a nosotros por el portal del Cielo dentro de su vientre, y Ella debe ser reconocida a fin de que Jesús también lo sea. De modo que es por Ella que todas las almas que han de brillar especialmente en Santidad, han de encontrara Nuestro Señor dentro de su Inmaculado Corazón. Nadie puede encontrar a María si no la busca. Nadie puede desearla sin conocerla. Es entonces necesario, para la mayor gloria de Dios, que cumplamos con su profundo deseo de honrar a su Madre.

DIRECCIÓN
Debemos buscar la faz de Nuestra Señora cada mañana tal como un niño busca la cara de su madre cuando se despierta; y si no la ve, comienza a llorar hasta que ella se acerca. Así debemos tratar a Nuestra Madre, María. No debemos temer llamarla a Ella cuando estamos seguros de su paradero. Si nos sentimos solos, no debemos dudar en llamarla inmediatamente. Debemos escudriñar en busca de su mano, asirnos a Ella y no soltarla jamás. Es por medio de nuestra consagración como estaremos aptos para encontrar su mano en medio de la oscuridad.

MEDITACIÓN
¡Oh Inmaculado Corazón de María!, tú tienes el poder de cambiar corazones, transforma el mío. Hazme un hijo digno de tenerte a ti por Madre. Fijo mi mirada de esperanza en Ti, a fin que pueda encontrar tu bello rostro cada mañana. Permíteme que por medio de mi consagración a Ti pueda tomar tu mano para siempre.

«María, por su parte, observaba cuidadosamente todos estos acontecimientos y los guardaba en su corazón» (Lucas 2:19)

sábado, 9 de julio de 2016

Día 27. Preparación para la Consagración al Inmaculado Corazón de María

MENSAJE


«Ángel mío, mi Hijo le dijo a las mujeres del mundo que no derramaran sus lágrimas por Él, sino por sus propios hijos. Eran ustedes, mis hijos de esta generación, a quienes Él se refería con tanta compasión; hijos tan profundamente hundidos en la oscuridad, con la luz de mi Jesús tan escondida de vuestros ojos y especialmente de vuestros corazones.


Es a esta generación a la que llamo especialmente, para darles una gracia, la gracia de mi Inmaculado Corazón. Deseen la santidad de tal manera que sus corazones se quemen con este ardiente deseo. Rueguen por su santificación; pidan que mi Corazón los favorezca con las virtudes y que dote sus almas con pureza. Cada uno de estos regalos pueden ser otorgados por vuestros deseos y aumentados con su práctica y aplicación.

Con vuestra consagración a mi Inmaculado Corazón, ustedes están respondiendo a mi llamado por mi Triunfo en la forma más divina y completa. Desde ese momento en adelante, no hay nada que no se pueda lograr: pues estaréis realmente ligados a mi Corazón por toda la eternidad.» (Septiembre 15 de 1.993)

GUÍA
El Espíritu Santo espera dentro del alma por la llegada de Su Esposa. Cuando Él encuentra que Su Esposa ha llegado a tomar posesión dentro de un alma, entonces Él entra en totalidad, Él se comunica con el alma tan plenamente que llega hasta el punto de encerrar a Su Esposa dentro del alma. Entonces ellos vivirán allí en armonía con todos los regalos y gracias celestiales. Esta es la mayor contribución de la unión de Sus Corazones dentro de los nuestros por medio de la consagración.

Cuando Nuestra Señora ha plantado sus raíces dentro del alma, Ella produce allí las maravillas de las gracias que solo Ella trae. Por lo tanto, cuando no existen maravillas dentro del alma es porque el Espíritu Santo ha entrado en nosotros y no ha encontrado suficientemente unión entre nuestro corazón y el de Su Esposa.

DIRECCIÓN
Por medio del deseo de santidad, Nuestra Señora puede darle a tu alma su propia fe, que es la mayor que puede existir en la tierra. Ella te da confianza, porque tú no te acercaras a Dios solo, sino siempre con Ella.

Este regalo te es dado porque tú le has dado a Ella tus méritos, gracias y necesidades e incluso tus debilidades; en cambio, Ella te dará sus virtudes y te rodeara de sus propios méritos. En esta forma tú estarás listo para pedir que la voluntad de Dios esté contigo también. Pero la razón por la que tú prosperarás en gracia y confianza es que tú ya no confiaras más en ti mismo, el espíritu de Ella ocupara el lugar del tuyo para que te regocijes en Dios. ¡Qué transformación ocurrirá al momento de vuestra consagración, en los humildes lugares donde la presencia del Espíritu Santo descansará!.

MEDITACIÓN
¡Oh Inmaculado Corazón de María!, te lo suplico humildemente; forma en mí un corazón de invencible fe, profunda humildad, oración ardiente, firme esperanza y caridad viva, para que esta mi consagración pueda ser fructífera. Reina de los Corazones, ven a reclamar mi corazón; trae contigo a tu esposo, el Espíritu Santo, para que ustedes puedan morar juntos para siempre en su profundidad en el.

«Celebra todo mi ser la grandeza del Señor y mi espíritu se alegra en el Dios que me salva» (Lucas 1:46)