miércoles, 13 de julio de 2016

Día 31. Preparación para la Consagración al Inmaculado Corazón de María

MENSAJE
«Ángel mío, te he pedido divulgar el acto de la consagración a mi Inmaculado Corazón en todas las formas. Deseo proteger y guiar a todos aquellos qué trabajan diligentemente para este llamado. Son estas mismas las qué ganaran gran favor ante los ojos de Dios.

Permíteme ayudarte a contemplar la magnitud de los deseos de Dios Padre. El desea tener todos los corazones unidos al de Él, por medio mío, porque es a través de Mi Corazón como El vendrá a todos ellos. Es su amor por mi el que crea esta gracia para las almas.

El desea grandemente compartir la riqueza del Cielo con todas las almas y es por este medio como El desea compartir mi corazón con ellos también. El tiempo se hace corto, mi ángel, haz un llamado para que estén preparados para el gran don del Cielo por la consagración a mi Inmaculado Corazón. Vengan juntos para que yo pueda enseñarles a todos su importancia y así otorgar mi gracia sobre los líderes que tendrán el regalo de mi Corazón y el poder del Espíritu Santo, que por medio de estos regalos, ellos pueden evangelizar las multitudes, y que nosotros, todos juntos podamos cumplir el más ardiente deseo de Dios.

Te digo, querido ángel, que solemnemente solicito qué le des tu completa confianza y atención a este asunto». (Septiembre 23 de 1.993)

GUÍA
En una palabra sabemos que los apóstoles de estos tiempos serán verdaderos discípulos de Cristo. Ellos vienen a enseñar el mensaje del Evangelio en toda su verdad, sin compromisos. Les enseñaremos la vía angosta de la verdad pura, según el Evangelio, y no la mala representación del mundo. Cargarán la cruz en sus hombros y llevarán el Rosario en sus manos. Imbuidos en sus corazones está el nombre de María y el reflejo de Cristo en sus ojos. Este es el gran ejército que Ella está reuniendo, pero es Nuestra Señora quien, a petición de Dios Padre los forjará para el propósito de crear la unidad por la gracia divina por medio de la consagración a su Inmaculado Corazón.

DIRECCIÓN
Aquellos que han oído el llamado a esta misión, encontrarán que la llama arde tan brillante dentro de sus corazones que nada puede extinguirla y nada puede calmarla excepto el calor y el abrazo del Corazón de Nuestra Señora. Nosotros somos escogidos para estar a su servicio en la batalla más importante de todos los tiempos. La batalla ha comenzado, las señales son evidentes dentro del mundo. Cada día, continuamos la pelea por su victoria. Por el don de la cruz, seremos fortalecidos y fortificados con su peso. Al final nosotros también estaremos llenos de regocijo en el momento de la resurrección.

Al final de la carrera, cuando inclinemos la cabeza para recibir la corona de la victoria encontraremos que la luz que ha guiado nuestro camino, fue el Corazón de Nuestra Madre. Ella graciosamente dirigió nuestra alma por una senda que ningún hombre podía conocer. Solo Ella conocía y veía las trampas y lazos colocados frente a nosotros, Nuestra consagración es nuestra garantía de Victoria en el fin.

MEDITACIÓN
¡Oh Inmaculado Corazón de María!, recógenos dentro de tu manto de protección con tu abrazo maternal; dentro del refugio de tu Inmaculado Corazón. Ayúdame a conocer mi lugar en el plan divino de Dios.

«Para esto nací, para esto vine al mundo, para ser testigo de la verdad. Todo hombre que está de parte de la verdad, escucha mi voz» (Juan 18:37)

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