MENSAJE
«Ángel mío, mira las oportunidades que se te han concedido en el mundo para propagar el llamado a la consagración a mi Inmaculado Corazón. No permitas que ninguno se te escape, muchos esperan hoy recibir y crecer en este llamado. Te digo que este es el llamado a la santidad en estos días, es la gracia de renovación y transformación, en forma igualmente personal y universal.
Mi Triunfo será sentido en ambas formas: interna y externamente en la Iglesia. La restauración de la verdad del mensaje de salvación de mi Hijo está en camino y ningún rincón del globo quedará sin ser tocado por Su gracia y justicia.
Trata de recordar e iluminar a todos los que actualmente pertenecen a esta misión, la importancia y urgencia que yo pongo en su cumplimiento. No tengan un momento de duda de cómo va a ocurrir todo esto; solamente escuchen cuidadosamente y respondan inmediatamente a todo lo que se les pida ahora. Te aseguro que la tierra temblará ante la fuerza que el Cielo lanzará sobre ella.
Muy pronto el encuentro de la batalla será visto en la calles y en el Cielo, ningún corazón permanecerá solo, será tomado por mi Inmaculado Corazón o tomado por Satanás. Aquí están las verdaderas selecciones, el alma será protegida por la gracia o arrebatada por el demonio. Consideren esto seriamente, todos los que oigan mi Corazón».(Septiembre. 22 de 1.993)
GUÍA
Dios desea que su Madre pueda ser más conocida y amada. Todos sus hijos conocerán su grandeza y consagrarán sus corazones a Ella. Ellos experimentarán su bondadoso y maternal abrazo, su misericordia, de la cual Ella está llena y la necesidad que tienen de su ayuda. Ellos vendrán a pedirle todo a Ella, serán sus apóstoles, la corte de los tiempos modernos, ellos serán ministros para el Triunfo, quienes como fuego ardiente, encenderán el fuego del divino amor en todas partes.
Nuestra Señora penetrará los corazones de los enemigos con el fuego de estos corazones consagrados, Ellos serán los truenos que llenen los Cielos, estos corazones se separarán de todo y al no ser distraídos por nada, regarán sobre el mundo la lluvia de la verdad y del Inmaculado Corazón de Nuestra Señora. Estamos llamados a convertirnos en soldados de su poderoso ejército de Triunfo, nuestra consagración nos unirá para enfrentar esta guerra final cuyas proporciones no podemos comprender.
DIRECCIÓN
Seremos los verdaderos apóstoles de los últimos tiempos, es decir el ejército al cual el Señor le dará su espada de la verdad y que traerá las maravillas de la consagración a todos los que esperan con corazones anhelantes. Ellos no tendrán dinero, ni posesiones, pero tampoco tendrán preocupaciones sobre eso. Se encontrarán en medio de sacerdotes escogidos para dirigir esta fuerza del Espíritu Santo. Tendrán las alas de la pureza y la llama para la salvación de las almas e irán a donde el Espíritu Santo los llame. No predicarán más que el oro de la caridad y traerán el amor de Dios y la ternura de la Santísima Virgen.
MEDITACIÓN
¡Oh Inmaculado Corazón de María!: Guíame en la batalla, hazme un verdadero apóstol de tu Triunfo. Pon mi corazón en la fila de tu escogida corte, al servicio de tu Hijo en forma especial. Mándame hacia el mundo para que pueda ganar para ti aunque sea un corazón para presentárselo a Dios Padre como tu donación de salvación. Une mi consagrado corazón con aquellos que tú has escogido para guiar esta fuerza de verdad. Ayúdame, Madre querida, a no vacilar un momento, sino permanecer fuerte, convencido y comprometido con tu Triunfo.
«Entonces se le apreció un Ángel del Cielo que venía a animarlo» (Lucas 22:43)
Coronilla de las virtudes
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