Filipenses 3, 10-16
Lo que quiero es conocer a Cristo, y sentir en mí el poder de su resurrección, tomar parte en sus sufrimientos; configurarme con su muerte con la esperanza de alcanzar la resurrección de la muerte.
No es que haya alcanzado la meta ni logrado la perfección; yo sigo adelante con la esperanza de alcanzarlo, como Cristo [Jesús] me alcanzó.
Hermanos, yo no pienso haberlo alcanzado. Digo solamente esto:
olvidándome de lo que queda atrás, me esfuerzo por lo que hay por delante y corro hacia la meta, hacia el premio al cual me llamó Dios desde arriba por medio de Cristo Jesús.
Por tanto, los que somos maduros, debemos pensar así; y si alguno piensa de otro modo, Dios se lo revelará. Ahora bien, el punto al que hemos llegado nos marcará la dirección
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