El 28 de febrero de 1944 la familia holandesa Ten Boom, fue apresada por los nazis por ayudar y proteger a judíos en su propia casa. La única sobreviviente del campo de concentración a donde los llevaron fue Corrie Ten Boom.
Posterior a su liberación, en 1947, ella daba una charla en una iglesia en Berlín Alemania sobre el perdón y la misericordia. Cuando terminó, un hombre se le acercó y le preguntó si lo reconocía.
De repente, ella ve aquel rostro; era un ex guardia del campo de concentración donde había estado prisionera. Él había sido uno de los hombres más crueles en aquel sitio de exterminio nazi.
El hombre le comentó que ahora era cristiano y que comprendía que había sido perdonado por los pecados cometidos. El ex guardia le había pedido a Dios su Gracia y la oportunidad para pedirle perdón a una de sus victimas. Ahora estaba frente ella con la mano extendida pidiéndole perdón.
En un primer instante Corrie no pudo perdonarlo. Revivió el gran dolor que sintió cuando aquél hombre asesinó a su hermana, Betsy; pocos días antes que el ejercito Aliado lograra liberar a los judíos de aquel sitio.
Luego del primer impacto, ella comprendió que si no perdonaba a ese hombre tampoco ella tenía perdón. Recordó las palabras de Jesús:
- "Cuando no perdonas a aquellos que han pecado contra ti, tampoco el Padre del Cielo te perdonará tus pecados" (Mateo 6,15)
Pero Corrie sólo podía sentir en su corazón odio. No tenía el amor suficiente para perdonarlo. Al momento siguiente, vino a su mente las siguientes palabras:
- "El amor de Dios ha sido derramado en nuestro corazón por el don del Espíritu Santo" (Romanos 5,5)
En ese instante dio gracias a Dios porque entendió que su amor es más grande que cualquier odio o falta de perdón. Se sintió libre, y durante un largo rato se estrecharon las manos, del antiguo guardia y la antigua prisionera.
Una fuerza de amor invadía todo su cuerpo y la sentía correr hasta su brazo, una experiencia nueva que la deja asombrada:
- "Yo nunca había sentido el océano infinito del amor de Dios de esa manera, hasta que yo perdoné a mis enemigos"
Corrie vivió hasta los 91 años, escribió varios libros autobiográficos, dio conferencias por todo el mundo y abrió centros de rehabilitación para las victimas de la guerra.
Según su experiencia en el trabajo con las personas que lograron sobrevivir al holocausto:
- "Aquellos que fueron capaces de perdonar son los que mejor pudieron reconstruir sus vidas".
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