Santa Teresa de Lisieux o también conocida como Santa Teresita del Niño Jesús y de la Santa Faz, fue una religiosa de clausura de la comunidad carmelita descalza de Francia. Vivió a finales del siglo IX, y con tan sólo 24 años logró llevar una vida de virtud. Fue canonizada en 1925 y declarada Doctora de la Iglesia por San Juan Pablo II en 1997.
Antes de entrar al convento, cuando realizaba una viaje de peregrinación a Roma con su padre y su hermana Celina, acompañada de un numeroso grupo de sacerdotes pudo conocer las debilidad y fragilidades de los consagrados y la necesidad de orar por ellos para que sean fieles a su ministerio.
Después de un proceso de discernimiento Teresita encontró su vocación: el Amor, ser apóstol de los apóstoles y dedicar su vida, oraciones y sacrificios por ellos. Ella comprende que sólo el amor podía hacer actuar a los miembros de la iglesia; que si el amor llegaba a apagarse, los apóstoles ya no anunciarían el Evangelio y los mártires se negarían a derramar su sangre.
Cuando entró en convento a los 15 años, Teresita antes de la profesión declaró: "He venido para salvar almas, y, sobretodo, para orar por los sacerdotes". En una invitación a Celina, su hermana también religiosa le dice: "salvemos sobretodo las almas de los sacerdotes. Esas almas deberán ser más transparentes que el cristal...Pero, ¡ay! ¡cuántos malos sacerdotes, cuántos sacerdotes que no son lo bastante santos...!Oremos y suframos por ellos, y en el último día Jesús estará agradecido....¡Tenemos que forjar este año muchos sacerdotes que sepan amar a Jesús! ¡que le toquen con la misma delicadeza con que le tocaba María en la cuna!
Fue tal el celo de Teresita por los sacerdotes y misioneros que el papa Pio XI la declaró en 1927 Patrona Universal de las Misiones. El papa la calificó como "milagro de virtudes y prodigio de milagros", "verdadera rosa de amor caída del cielo a la tierra para maravillar la tierra y el cielo" "obra maestra de la naturaleza y de la gracia"...
Animados por esta invitación que hoy sigue haciéndonos Santa Teresita, oremos frecuentemente por los sacerdotes para que el Amor por Jesús guíe su camino de santidad y de celo por la salvación de las almas.
Oración de Santa Teresita por los sacerdotes
Oh Jesús que has instituido el sacerdocio para continuar en la tierra
la obra divina de salvar a las almas
protege a tus sacerdotes (especialmente a...)
en el refugio de tu Sagrado Corazón.
Guarda sin macha sus manos consagradas
que a diario tocan tu Sagrado Cuerpo,
y conserva puros sus labios teñidos con tu Preciosa Sangre.
Haz que se preserven puros sus corazones,
marcados con el sello sublime del Sacerdocio,
y no permitas que el espíritu del mundo los contamine.
Aumenta el número de tus apóstoles,
y que tu Santo Amor los proteja de todo peligro.
Bendice sus trabajos y fatigas,
y que como fruto de su apostolado
obtenga la salvación de muchas almas
que sean su consuelo aquí en la tierra
y su corona eterna en el Cielo. Amén.
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