San Pio de Pieltrecina (1887-1968), fraile capuchino y sacerdote católico, es considerado el santo más importante del siglo XX. En su vocación de sacerdote pasaba largas horas en el confesionario reconciliando a las almas con Dios. El Señor le regaló dones extraordinarios como el de examinar los corazones y las almas, o la capacidad de conocer la consciencia de quienes tenía al frente y percibir sus pensamientos y sentimientos.
Decía el padre Pío: "A través de Jesús yo veo y siento todo. Veo tu alma como tú te ves en un espejo."
Adicionalmente, otros dones como la profecía y las visiones místicas, otorgados por el Espíritu Santo, le permitían salvar muchas almas en el confesionario. En aquella época el Padre Pío se negaba a dar la absolución cuando la persona que se confesaba no mostraba verdadero arrepentimiento del pecado, no tenía la intención de no repetición, o estaba frente a él simplemente por curiosidad.
Este gran santo, expresó en varias ocasiones la gravedad del aborto, que hoy se promueve libremente como "derecho", un triunfo para la libertad de la mujer y su pleno desarrollo. Las palabras del Padre Pío traen luz sobre la realidad espiritual del asesinato de inocentes y las funestas consecuencias.
La responsabilidad de los padres
El padre Pío, con rigor empleaba palabras fuertes contra los padres que abortaban a sus hijos, cuando eran justas y necesarias para la verdadera conversión:
"A estos padres, les esparciré la ceniza de sus fetos destrozados, para mostrarles sus responsabilidades y negarles la posibilidad de apelar a su propia ignorancia. Un aborto provocado no puede tomarse con falsas consideraciones y falsa piedad. Sería una hipocresía abominable. Esas cenizas deben arrojarse en la cara de sus padres asesinos. Si no los dejo sintiéndose culpables, me sentiré involucrado en sus propios delitos."
Es usual que una mujer o un hombre que ha abortado a un hijo lo repita nuevamente, ya sea con la misma pareja o con otras. En ese sentido, cuando no hay una verdadera consciencia de la gravedad del pecado, se toma el aborto como un método de control de natalidad. Por eso, es tan importante el rigor con el que San Pio trataba el tema, como un buen Padre que corrige severamente a un hijo que ha cometido un error muy grave y no lo reconoce como tal:
"Mi rigor al defender la venida de los niños al mundo, es siempre un acto Fe y Esperanza", decía el padre Pio. El santo era capaz de lograr un verdadero arrepentimiento y cambio de vida.
El aborto es un verdadero suicidio de la humanidad
En una ocasión San Pio hablaba con otro fraile franciscano, Pellegrino Funicelii, quien en su libro narró la siguiente conversación:
Fray Funicelli le dijo a San Pio: "Hoy negaste la absolución a una mujer porque ella se había sometido voluntariamente a un aborto. ¿Por qué has sido tan riguroso con esta pobre desafortunada?"
San Pio respondió: "El día en que las personas pierdan su horror por el aborto será el día más terrible para la humanidad. El aborto no es solo un homicidio sino también un suicidio. ¿No deberíamos tener el coraje de manifestar nuestra fe ante quienes cometen dos crímenes en un solo acto?".
"¿Suicidio?, preguntó fray Pellegrino.
Respondió el Padre Pio: "El suicidio de la raza humana será entendido por aquellos que verán la tierra poblada por ancianos y despoblados de niños: Quemados como un desierto. Si reflexionares así, entenderías la doble gravedad del aborto: la mutilación también de la vida de los padres".
El aborto de un Papa
Cuentan que una señora fue a confesarse con el padre Pio. Él, le pidió que cerrara los ojos y le narrara lo que veía.
Ella, dijo: "veo una plaza enorme con mucha gente. Entre las personas, veo una procesión que se mueve solemnemente. Veo a muchos sacerdotes, obispos y cardenales en la corte: todos preceden a un Papa que está tomando el trono. Sí, veo precisamente a un Papa en el trono y una gran multitud que aclama a ese Papa...¿Pero qué significa todo eso?"
San Pio le explicó: "El niño que mataste en tu vientre con el aborto, en los designios de Dios, debería haberse convertido en ese Papa". Al escuchar esas palabras, la pobre mujer gritó y se desmayó junto al confesionario.
No somos consciente de toda la riqueza para el mundo que cada uno de los millones de bebes abortados representaban para esta humanidad tan llena de odio y violencia.
Quien lo promueve tiene al príncipe de las tinieblas reinando en su alma
Hemos llegado al día terrible para la humanidad que anunciaba el padre Pio, se ha perdido el horror por el aborto. En nuestra época vemos activistas con pañuelos verdes o violetas, mandatarios, políticos, artistas, escritores, periodistas, cantantes, feministas... celebrando la aprobación de leyes que favorecen el asesinatos de bebés dentro del vientre y fuera de él.
El aborto es un plaga que se está esparciendo por todo nuestros países dejando una densa tiniebla de muerte a su paso, muerte física, muerte espiritual de los causantes, decadencia social y de la misma humanidad. Es importante retomar las palabras que el Padre Pío dijo sobre estas personas que enarbolan banderas pro aborto:
"Si supieras lo terrible que es este pecado, eso que llamas aborto...Si pudieras sentir el dolor de las llagas de Cristo, que derramó su preciosa Sangre por la salvación del hombre. Cuando veas un alma anunciando el aborto como un acto benigno, sabrás que el príncipe de las tinieblas reina en ella, y su eternidad está por ahora en el libro de la muerte".
"¡Malditos! ¡Desgraciados! ¡Ay de esos infelices hombres que osan tentar la ira Divina! Caerá sobre ellos la eterna furia de Aquel que los creó!
No podemos ser cómplices por nuestro silencio y nuestra tibieza
Es normal entre los católicos practicantes expresar nuestra indignación por este pecado que termina con la vida de los más inocentes e indefensos. Nos preguntamos por qué países como Colombia donde se declara que la mayoría estamos bautizados como católicos, se aprueban leyes contra la vida: Aborto, Eutanasia, Suicidio Asistido. Aún más preocupante cuando la respuesta de la sociedad ante este avance del mal es elegir a la presidencia y vicepresidencia del país a candidatos que abiertamente se declaran pro-aborto.
Las palabras del Padre Pio nos confrontan con nuestra corresponsabilidad en el crimen del aborto y su avance:
"¡Ay de nosotros!, mis hermanos, si consentimos con ese pecado miserable y mortal. No nos atrevamos a tomar el lugar del Creador, y no permitamos que nadie lo haga."
Para terminar este artículo te dejo con el llamado del Padre Pío para todos nosotros católicos que queremos defender la verdad y la vida:
"No seamos cómplices de este crimen maldito por nuestro silencio y nuestra tibieza."
NOTA: Si tú eres católica(o), has cometido un aborto, sientes un profundo sentimiento de culpa, estás realmente arrepentida(o) y deseas reconciliarte con Dios; te invito a dar tus primeros pasos para tu sanación, preparando una buena confesión y asistiendo al sacramento con un sacerdote. La Misericordia de Dios es infinita, y te está esperando para darte su perdón y devolverte la paz.
Para sanar las secuelas traumáticas que deja el aborto puedes participar en los retiros que ofrece El Viñedo de Raquel en varios países del mundo.