Marcos 16, 9-19
El primer día de la semana por la mañana resucitó Jesús y se apareció a María Magdalena, de la que había expulsado siete demonios. Ella fue a contárselo a los suyos, que estaban llorando y haciendo duelo. Ellos, al oír que estaba vivo y se le había aparecido, no le creyeron.
Después se apareció con otro aspecto a dos de ellos que iban paseando por el campo. Ellos fueron a contárselo a los demás, pero tampoco a ellos les creyeron.
Por último se apareció a los Once cuando estaban a la mesa. Les reprendió su incredulidad y obstinación por no haber creído a los que lo habían visto resucitado.
Y les dijo:
—Vayan por todo el mundo proclamando la Buena Noticia a toda la humanidad. Quien crea y se bautice se salvará; quien no crea se condenará. A los creyentes acompañarán estas señales: en mi nombre expulsarán demonios, hablarán lenguas nuevas,16,18: agarrarán serpientes; si beben algún veneno, no les hará daño; pondrán las manos sobre los enfermos y se sanarán.
El Señor Jesús, después de hablar con ellos, fue llevado al cielo y se sentó a la derecha de Dios. Ellos salieron a predicar por todas partes, y el Señor los asistía y confirmaba la palabra con las señales que la acompañaban.
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