martes, 28 de junio de 2016

La fe de un niño en Jesús Sacramentado cambió la vida de su familia


El sacerdote Patricio Hileman, Misionero de Nuestra Señora del Santísimo Sacramento,  encargado de formar capillas de Adoración Perpetua en Latinoamérica, compartió el conmovedor testimonio de Diego, un niño de 8 años en México cuya fe en Jesús Sacramentado transformó la realidad de su familia marcada por problemas de maltrato, alcoholismo y pobreza.

“El primer mandamiento de la adoración perpetua es dejarse ‘apapachar’ por Jesús” “Es el lugar donde aprendemos a descansar en el corazón de Jesús. Solamente Jesús puede darte ese abrazo del alma”.

P. Hileman

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