Salmo 57 (56)
-Poema de David, cuando huyó de Saúl y se escondió en la cueva-
Misericordia, Dios mío, misericordia,
que mi alma se refugia en ti;
me refugio a la sombra de tus alas,
mientras pasa la calamidad.
Invoco al Dios altísimo,
al Dios que hace tanto por mí.
Desde el cielo me enviará la salvación;
confundirá a los que ansían matarme,
enviará su gracia y lealtad.
Estoy echado entre leones,
devoradores de hombres;
sus dientes son lanzas y flechas,
su lengua es una espada afilada.
Elévate sobre el cielo, Dios mío,
¡Y llene la tierra tu gloria!
Han tendido una red a mis pasos
para que sucumbiera;
me han cavado delante una fosa,
pero han caído en ella.
Mi corazón está firme,
voy a cantar y a tocar.
Despierta, gloria mía;
despertad, cítara y arpa,
¡despertaré a la aurora!
Te daré gracias ante los pueblos, Señor;
tocaré para ti ante las naciones.
Por tu bondad que es más grande que los cielos;
por tu fidelidad que alcanza a las nubes.
Elévate sobre el cielo, Dios mío,
¡Y llene la tierra tu gloria!
4 comentarios:
Hermosisimo salmo del Rey david
Gracias padre eterno
Bella oración hace bien orar al levantarse estar en gracia con nuestro padre celestial
Amén
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