domingo, 24 de julio de 2022

La nueva Basílica de San Jacinto en Guasca Cundinamarca, un destino para peregrinar

A tan sólo 1 hora y 15 minutos de la ciudad de Bogotá se encuentra el municipio de Guasca, en el departamento de Cundinamarca; allí en pleno parque principal está La Basílica de San Jacinto. 

El valor histórico, arquitectónico y espiritual del templo es el  resultado de más de 400 años de trabajo de la orden de dominicos, más de 145 sacerdotes que han ejercido su ministerio allí y principalmente una comunidad con una fe viva a pesar del paso de los siglos.

Valor histórico

Los datos históricos relatan que la primera iglesia se construyó en el año 1600, al tiempo que se daban los primeros asentamientos de españoles y caciques en el mismo casco urbano. Posteriormente, en 1639 la orden de los dominicos realizó mejoras estructurales y paulatinamente fue creciendo a medida que aumentaba la cantidad de feligreses. En los siglos posteriores cambios importantes se dieron en cuanto tamaño, adecuación y uso. 

En 1760 la iglesia era más grande  con un buen atrio, en el año 1978 se declaró iglesia para blancos, para una comunidad de 174 familias. Entre 1839 y 1869 ampliaron las capillas, el campanario y la longitud del templo.

A principios del siglo XX la antigua iglesia fue demolida y comenzó la construcción del nuevo templo. Durante aproximadamente 30 años, diferentes sacerdotes promovieron las obras hasta tener la estructura actual.

Proceso para elevarla a categoría de Basílica

En el año 2018, motivados por Monseñor Héctor Cubillos Peña, Obispo de Zipaquirá, se inicia el proceso para elevar el templo a categoría de Basílica. 

El párroco Pbro Hernando Navarrete Triana creó un equipo para recopilar de diferentes fuentes el archivo histórico del templo. Así mismo, registrar los testimonios y vivencia de sus fieles, y con la ayuda de la comunidad cumplir con los requisitos arquitectónicos y litúrgicos que se exigen en el proceso.

Finalmente, el 14 de septiembre de 2018 la Sagrada Congregación para el Culto Divino y la disciplina de los sacramentos del Vaticano, aprobó y elevó el templo a la Categoría de Basílica Menor. 

Una experiencia espiritual

Visitar la Basílica, es una experiencia espiritual, puertas de madera maciza tallada custodian la entrada. Antes de ingresar un aviso advierte a los turistas que es un sitio de adoración y culto sagrado por lo cual se debe tener respeto y cumplir con modestia en el vestir y el actuar.

Tan pronto entrar al templo, las luces sobre el altar mayor evidencian la exposición del Santísimo Sacramento en una hermosa custodia, y no es de extrañar la paz que se siente en este templo, donde también se realiza adoración nocturna. 

La imponente escultura de Cristo Crucificado mueve el alma a sentir el amor de quien da la vida por sus amigos. El cráneo y los huesos a los pies del Señor, nos recuerda la victoria de Cristo sobre la muerte, y a la vez la realidad de nuestra corta vida. 

Hermosas columnas enmarcan el centro, con dos alas laterales que contienen diferentes esculturas y lienzos al oleo que representan diversas devociones como el Señor de la Misericordia, la Virgen del Rosario de Chiquinquirá, entre otras.

Una capilla lateral contiene el baptisterio, y un hermoso lienzo al óleo representa el bautismo de Jesús en el río Jordán, con un Jesús iluminado magistralmente por el artista, un reflejo de su grandeza divina y su humildad humana. 

Participar de una Sagrada Eucaristía evidencia el cuidado que se tiene en la liturgia, con una preparación tanto del sacerdote, como de los ministros de la palabra, el sacristán y el acólito pronto a usar la patena para evitar que cualquier trozo de Eucaristía se pierda. 


Reliquias de dos grandes santos polacos

En su interior reposan las 
reliquias de primer orden de  San Juan Pablo II (1920-2005), acompañado de un hermoso lienzo al oleo que sorprende por su reproducción casi fotográfica. 

El patrono de la Basílica es San Jacinto de Cracovia (1185-1257), de quien se tiene reliquias. Este santo de la orden de los predicadores de Santo Domingo, evangelizó diferentes regiones de Europa y Asia. Cuando los mongoles invadieron un monasterio en Kiev, Jacinto corrió inmediatamente a salvar la Custodia (ostensorio) que contenía el Santísimo Sacramento. En ese momento escuchó la voz de la virgen que le pedía que también la llevara, Jacinto tomó la imagen pesada y los puso a salvo. Por eso el santo es presentado con una custodia en una mano y una imagen de la Santísima Virgen María en la otra. En Guasca se celebra la fiesta patronal el último domingo de agosto.

Te invito a realizar en familia o en grupo una peregrinación a esta hermosa Basílica, tan cercana a Bogotá. Además, es un pueblo acogedor con una oferta de restaurantes, cafés y otras actividades turísticas para realizar.

Si quieres conocer más sobre la basílica puedes visitar su página web: Basílica de San Jacinto

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